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Cruz celebra un touchdown ante Dallas Cowboys |
El draft de la
NFL de 2010 dejó una situación que un año y medio después se ha demostrado como una enorme torpeza. El wide receiver Víctor Cruz vio pasar las rondas
de elecciones sin que ningún equipo le escogiera. En su etapa escolar y
universitaria no había destacado de una manera sublime, pero sus números andaban
algo más allá que la mera discreción. Cruz finalizó su etapa en la Universidad de
Massachusetts con 131 recepciones lo que le convirtió en el cuarto jugador en
el ranking histórico de recepciones de esa Universidad. Un detalle
significativo si se tiene en cuenta que no fue hasta su año júnior cuando
comenzó a ser titular.
Con aquel honor y alrededor de 2.000 yardas recibidas
y 11 touchdowns de su época universitaria, Víctor Cruz se presentó en el draft
con la esperanza de que algún equipo lo tuviera entre sus planes. Consumidas
las siete rondas de 32 turnos de elección, su futuro se antojaba complicado.
Nadie le seleccionó. Algunas semanas después tuvo motivos para sentirse
esperanzando. Los New York Giants le ficharon como agente libre, aunque era
incierto que fuera tener opciones de quedarse en la plantilla definitiva (antes
de comenzar la temporada se elige a los 53 jugadores definitivos de entre un grupo algo más amplio).
Cruz comenzó asombrando. En un amistoso ante los New York
Jets, que no son un rival cualquiera para los Giants y su afición, fue el líder
en la victoria por 31-16 tras cazar al vuelo 6 pases. En total, 145 yardas y 3 touchdowns. Sus actuaciones en
el resto de partidos de aquel verano de preparación fueron más discretas, pero
en el global final contabilizó 297 yardas recibidas, lo que le convirtió en el
mejor wide receiver de la pretemporada. Su proyección parecía enorme y sus
oportunidades de jugar también, pero después de tres partidos en el inicio del
campeonato con escasas apariciones, sufrió una lesión en el tendón de la corva.
Los Giants lo colocaron en el ‘Injury Reserve’ tras aquello y allí acabó su
temporada sin apenas haber empezado.
Tras aquel suceso, la temporada 2011 resultaba un enigma a
su alrededor. Comenzó el curso con el rol de cuarto WR tras la salida de Steve
Smith, lo cual le alejaba de algo parecido a un papel protagonista. Sin embargo,
esta vez la suerte cayó de su lado. Lo que le apartó de la escena en su primer
año como profesional, le hizo dar el salto en su segunda campaña. Las lesiones
de Mario Manningham y Domenik Hixon le convirtieron en habitual y,
ante semejante empresa, Cruz no perdió el tiempo. Poco a poco comenzó a atrapar
balones hasta convertirse en pieza indispensable de los NY Giants. La temporada
regular lo ha consagrado como uno de esos diamantes que el draft 2010 dejó
escapar, un grupo de jugadores compuesto por talentos como LeGarrette Blount
(Tennesse Titans) o Danario Alexander (St. Louis Rams) liderados sin duda por
el Gigante Cruz. Hasta tal punto ha llegado su crecimiento este año, que ha
finalizado la temporada regular (excluyendo playoffs) estableciendo un nuevo récord
entre los receptores de los Giants: Nunca antes uno recogió 1.536 yardas de
pase. Distancia que fue recorriendo a lo largo de 82 recepciones que llegó a
convertir en 9 touchdowns.
El primero de esos 9 lo convirtió el 25 de septiembre. Y como
buen puertorriqueño, lo festejó bailando salsa en la end zone. En realidad, el
bailecito no era más que una dedicatoria para su abuela, Lucy Molina. "Soy
medio puertorriqueño y mi abuela fue quien me enseñó los pasos, lo hago para
ponerla contenta. Salió de la nada", declaró a Televisa Deportes entonces.
En un deporte de masas como la NFL, el gesto no pasó desapercibido y se ha
convertido en una obligación tras cada anotación. La fiebre por su baile es incontrolable. El
New York Daily News contrató a un profesor de baile para que describiera la
técnica de Cruz en sus páginas e incluso el jugador llegó a recibir una propuesta
en firme para participar en ‘Dancing withe ths stars’ que el jugador, algo
abrumado, rechazó.
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Víctor Cruz, en plena danza de celebración (Getty Images) |
A Víctor Cruz aún le queda una espina que sacarse. Ha sido
uno de los grandes culpables en el hecho de que los New York Giants hayan
alcanzado la Superbowl, el partido final, para sorpresa de muchos. Ha firmado
actuaciones decisivas, apoteósicas, pero en los tres partidos de playoff que
los Giants han tenido que superar antes del ‘Supertazón’ (como lo traducen en Sudamérica)
no ha logrado ningún touchdown. No lo logró ante Atlanta, ni Green Bay ni
tampoco ante San Francisco. Ahora esperan los Patriots, el más difícil todavía.
Un buen día para volver a bailar un poco de salsa en la End Zone y poner así el
mejor final a un año mágico.
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1 comentario:
Grande el medio puertorriqueño!!!
Fdo: euforias-clan
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