Harbaugh contra Harbaugh

San Francisco 49ers y Baltimore Ravens jugarán la Superbowl el domingo 3 de febrero. El partido en sí supone la constatación de que el deporte tiene una cierta medida de justicia; casi hasta podríamos decir que justicia poética. El año pasado, ambos se cayeron en la final de conferencia, el partido previo a la Superbowl, por dolorosos errores individuales. Ayer, San Francisco y Baltimore se sacaron la espina.

Para situar el relato, empecemos por los antecedentes. En las finales de conferencia del año pasado, Kyle Williams y Billy Cundiff fueron los grandes protagonistas.

Empecemos por Williams, de los 49ers:

Aquí Cundiff, de los Ravens:

Ambos fueron señalados como los grandes culpables de las derrotas (aunque como podemos observar, si a Evans no se le hubiera caído ese fácil Touchdown, Cundiff hubiera pasado a un invisible segundo plano). El deporte es así. Williams y Cundiff corrieron diferente suerte. Kyle sigue siendo el 10 de los 49ers. Billy ha deambulado este año por la NFL. Salió de los Ravens en verano; fichó por los Washington Redskins, que lo cortaron en octubre; el 1 de enero de este año, firmó con los 49ers, pero el pasado viernes 19 de enero fue dado de baja… Para completar el relato, apuntemos que Evans no ha vuelto a jugar en la NFL (pese a que sigue en busca de un equipo que confíe en él) tras dejar caer aquel balón.

Todos estos detalles, quedan a un lado ante la Superbowl que se jugará este año en Nueva Orleans. Por primera vez en la historia, los entrenadores de ambos equipos son hermanos. Jim contra John. Harbaugh contra Harbaugh. La historia que hace las delicias de la prensa americana. La Harbowl como ya la denominan. Será el primer gran partido para ambos, un duelo que ninguno de los dos se había imaginado.

"No sé si tuvimos alguna vez un sueño tan grande como éste. Siempre tuvimos algunos sueños, algunas peleas y algunas discusiones, como todos los hermanos", reconocía John, el que dirige a Baltimore, tras derrotar a los Patriots. En ese partido se tomó una dulce revancha. Un año atrás, también en Boston, vio con resignación cómo Evans y Cundiff tiraban por tierra el sueño de la Superbowl. En el vídeo que les enlacé más arriba se puede ver cómo reaccionó tras el fallo del kicker con un leve gesto de contrariedad y una sonrisa triste. Muy triste. A la segunda, sí logró dejar en la cuneta a los favoritos Patriots y quedarse a un paso del gran sueño: el anillo de campeón.

Jim, el de San Francisco, también se sacó la espina. En su estreno como técnico en la NFL el curso pasado, se quedó a un paso del gran partido. Perdió en casa en la prórroga ante los New York Giants, cerrando con tristeza una gran temporada. Este año fue diferente, su equipo ganó en Atlanta a unos Falcons que había sido el mejor conjunto de la liga regular (13 victorias y sólo 3 derrotas). En apenas dos años ya ha conseguido el reto con el que siempre soñó. Ahora que lo tiene a tiro, no se confía: “Soy la mitad de entrenador de lo que es John, pero lo estoy intentando”.

Con los Harbaugh al frente, 49ers y Ravens apenas se han enfrentado una vez. Fue la temporada pasada y John, el entrenador bueno según Jim, venció 16-6, aunque es difícil calibrar el peso que puede tener finalmente este dato. Hay otros que invitan a pensar en lo contrario. La Superbowl XLVII enfrentará a equipos invictos en Superbowl: 49ers (5-0) ante Ravens (1-0). Uno de los dos conocerá por primera vez el sabor de la derrota. Es difícil predecir quién. La calve la tienen pequeñas batallas entre Kaepernic y Flacco, Gore y Rice, Davis y Boldin… Pero esa ya es otra historia de la que hablaremos más adelante.