jueves, 20 de octubre de 2005

De William

Ya que lo cité en las últimas palabras de mi otro blog, merecen leerlo al completo:

"De nuevo en la brecha, amigos míos, otra vez, o tapen la muralla con nuestros muertos ingleses. En la paz nada conviene más a un hombre que la serena modestia y la humildad, pero si el estallido de la guerra suena en los oídos, entonces hay que imitar la conducta del tigre. Tensen los músculos, conjuren a la sangre, disfracen el buen carácter con la furia de rasgos crueles, y luego den a los ojos un aspecto terrible: que espíen por las troneras del cráneo como el cañón de bronce, y que el ceño los abrume, terrible como la roca astillada cuelga y se proyecta sobre su base sacudida socavada por el océano salvaje y devastador. Ahora aprieten los dientes y abran las ventanas de la nariz, contengan fuerte el aliento y concentren el espíritu a su máxima altura".

Henry V. Tercer Acto, Escena I. William Shakespeare(1598)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por publicar este fragmento tan bonito,llevaba tiempo buscandolo...

Saludos!

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