Miedos, miedicas, miedosos

Me dio por preguntarme acerca del origen de los miedos y temores. Obviamente no encontré explicación alguna, pero sí que me sonreí al verme cuestionado sobre esos asuntos cuando ya había cruzado las dos de la mañana en compañía de Erik Satie -otro de esos genios a los que cargaron con el peso de una supuesta falta de talento...-, eso sí. Venía mi pregunta al hilo de que sigo todavía algo descolocado en mi regreso a este mi mundo Imaginiario.
Porque verán, uno llevaba tiempo dándole vueltas al regreso tras más de un año de ausencia y al final se decidió a dar el paso. Pero ahora resulta que uno no sabe qué hacer ni qué línea seguir.
¿Cambio de dinámica y de rostro a Imaginia?
¿Me mantengo sobre la misma cuerda floja?
¿Y qué tal si probamos con un híbrido entre ambas...?

Al final encontré la respuesta a todas mis preguntas en el miedo. Miedo a que este humilde rincón no vuelva a ser lo que era antes; miedo a que la inspiración me impida hacer lo que quiero hacer y haga que este regreso no sea más que otro intento fallido en mi vida; miedo a no imaginiar nada bueno; miedo a que el nivel no sea el mismo; miedo a ver una pantalla en blanco por rellenar...

Y lo raro es que descubrí que de miedos, en leves dosis, también se puede alimentar uno. Porque, al fin y al cabo, ¿qué seríamos sin miedo a nada?

Seguramente unos conformistas o unos titiriteros, quién sabe.