De un genio

Siempre pensé que resulta una lástima tener que dejar este mundo cuando uno está tan a gusto en él. Aunque resulta imposible soñar con la eternidad, eso es algo ajeno a las personas y más propio de la memoria. Seguramente esa eternidad sea el destino del alma de Paco Umbral, genial escritor y columnista que ayer, 28 de agosto, se fue para siempre dejando muchas letras con intención y una vida exprimida y alocada que le permitió convertirse en algo más que un simple literato.
Destino curioso si se tiene en cuenta que Francisco Pérez Martínez -su verdadero nombre- apenas se sometió al proceso de escolarización durante un año. Su carácter rebelde le impidió congeniar con la disciplina escolar, aunque ello no fue obstáculo para que un ávido e inquieto lector como Martínez llegara a convertirse en uno de los mejores prosistas que ha dado España en los últimos años.
Tomen nota por tanto, el genio no nace, sino que se hace. Porque sin esa obstinada curiosidad por la lectura, sin esa admiración por los recitales de poesía y por todo lo que tuviera que ver con la literatura, Paco Umbral sería hoy uno de tantos que ven la vida pasar sin decidirse a apostar por sus amores y sueños. Sirvan estas breves y torpes líneas como reconocimiento a un tipo que, con su carácter tosco y amigable y su sentida literatura, se ganó la simpatía del abajo firmante.
Foto: Paco Umbral se presenta con gesto serio delante de una fotografía de su hijo, que falleció a los seis años de edad a causa de una leucemia. Hecho que inspiró una de sus novelas más puras y geniales 'Mortal y rosa'.