viernes, 18 de abril de 2008

Aquí un amigo


Acertado autorretrato de Salvador Dalí. 1941



Salvador Dalí, uno de los tipos que más me haya fascinado jamás. Más allá de su faceta canalla y ególatra, me quedo con su increíble dominio de la perspectiva, sus imágenes inverosímiles y su infinita genialidad. Luego su imaginiación y su admiración por cosas tan simples como las hormigas o los huevos en su estado originario.



Hará uno años comencé a interesarme por él y desde entonces pasa por ser un tipo que me despierta una tremenda admiración y una inabarcable curiosidad. Leí sobre su vida, su obra, sus viajes a Nueva York, su agitada existencia, su capacidad de influencia, el poder de lienzos en blanco que portaban su firma... También he visto varios documentales. Unos buenos y otros no tan buenos. Me explico, ante personajes con Dalí uno busca saber sobre su persona, sobre cómo llegó a imaginar y crear todo lo que hizo, sobre qué le movió para realizarlo y todas esas cosas. He visto un par de esos, muy buenos. Luego están el resto, ésos que sólo miran sus excentricidades, apuntan a una cierta locura, hablan de sus fallos y de cómo pudo lucrarse de manera indebida y otras tonterías al uso. Estos son los que no me gustan. En primer lugar porque Dalí es un tipo que me genera cierta simpatía y me tiene ganado desde hace tiempo. En segundo porque cuando leo o veo un documental sobre alguién me interesa las cosas importantes qué hizo en su campo profesional, no los aspectos secundarios y morbosos que a todos nos salpican en nuestro día a día.

Una vez, hace ya algún tiempo, estuve en Figueras visitando el Teatro Museo de Salvador Dalí. Resulta imposible imaginar un lugar así, que te absorbe y te fascina hasta hacerte descubrir que quizá la belleza en el arte sea lo de menos, siempre y cuando creas y admires el arte. Hubiera pasado allí horas y horas y prometí que algún día regresaría a aquel lugar para que nunca se me olvide por completo. Sólo hubo un detalle demasiado negativo. Justo el mismo día que yo, decidió acudir hasta Figueras una masa de personas desconsideradas y, muchas de ellas, desinteresadas que arruinaron un poco aquel momento. La gente no entiende que si estas parado en medio de un pasillo es porque quizá estés disfrutando de una obra de arte. No, eso no lo entienden, por eso te empujan de malas maneras para que no les cortes su camino. Seguramente tengan dos horas para ver el museo antes de ir a visitar otro lugar y luego otro y desean recorrer todas las estancias lo más aprisa posible para después presumir de que ellos han visto todo lo que hay allí. Lo malo es que no han apreciado nada, ni siquiera al resto de visitantes. Odio a ese tipo de gente.

Aquel mismo día, ya después de comer, me acerqué a Cadaqués a visitar la casa en la que vivió durante muchos años Salvador Dalí en Port Lligat. Se nos hizo tarde y ya no merecía la pena completar la visita aprisa y corriendo. Así que simplemente estuvimos paseando por los alrededores, por suerte con un número menor de insufribles turistas. Disfruté e imaginé a a Dalí, con sus bigotes al aire, montando su caballete en la orilla de piedras de la pequeña cala que espera frente a su casa. Un paisaje ideal que se cierra en el horizonte con dos pequeñas montañas que convierten la zona casi en un reciento cerrado. Sólo una pequeña abertura entre ambas dos permite divisar el mar mediterráneo.

Fue un día que no olvido. Genial, sensacional. El problema vino meses después. Mi ordenador decidió suicidarse y con él se llevó por delante y sin remedio la enorme cantidad de fotos que guardaba de todos los rincones de aquella jornada. Tuve ganas de llorar y de lanzar aquella maquina por el balcón al mismo tiempo. La único positivo que saqué de aquel incidente es la obligación que tengo ahora de regresar a aquel teatro de los sueños y divisar una puesta de sol en aquella cala que cambiaba la arena por piedra. Y eso era algo que ya tenía planeado antes de que sucediera lo invitable así que...

Con esto completo el post que dejé a medias hace unos días sobre artistas geniales. Yo no las quiero, pero las prisas siempre son mis compañeras...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya tenemos viaje para este verano.
De la gastronomía me encargo yo, que ya tengo unos sitios fichados.

By Elia

Unknown dijo...

Estoy seguro de que te gustará Giorgio!

Ya me pasarás fotos jajajaja

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