martes, 22 de abril de 2008

Relato eterno

La Asociación de la Prensa de Aragón acaba de editar un libro de relatos que lleva por título "Soy Canalla". Una compilación en la que 30 periodistas aragoneses comparten historias en torno a la labor que, al fin y al cabo nos da de comer. Una de esas historias lleva mi firma y en cierta medida me siento medianamente orgulloso de ello. Ya había perdido la esperanza de que este proyecto viera la luz ya que ha pasado casi un año entero desde que se propuso el reto y tras varios mails cruzados en el tiempo con el coordinador de esta iniciativa, llegué a olvidarla por completo.

Ha sido una grata sorpresa descubrir que finalmente aquel libro de relatos ha visto la luz. No sé si les he contado alguna vez que uno de mis grandes sueños y retos pasa por publicar un libro, así que formar parte de uno, aunque sólo sea en una trigésima parte, calma por el momento mi espíritu. Aunque no me vale con eso. En la juventud que va muriendo poco a poco, tuve planes de componer alguna historia novelada con cierta facilidad y premura. En la madurez que comienza a gestarse, he asumido que la cosa no será tan fácil como preveía. En primer lugar porque me falta tiempo calmado para ponerme a ello, y en segundo porque manejo varias historias vagas y difusas al mismo tiempo que me llenan del miedo de caer en medianías o palabras vacías. Y luego está el tratar de convencer a alguien para que lo publique, claro está.
Sea como fuere, el caso es que mi nombre ya aparece en un libro, ya formó parte de algo con páginas (no más de cien) y tapas que cualquiera podrá encontrar en bibliotecas y lugares públicos. Lo que no me hace demasiada gracia de esta historia es que no me haya enterado de este nacimiento. Y esto viene al hilo de una historia que en su día me enfureció hasta el extremo y me invitó a pensar en compartirla con ustedes con letras enfurecidas, pero que días más tarde pensé en guardarla sólo para mí y los que me vieron vivirla y superarla.
Desde hace tres meses ya no soy miembro de la Asociación de la Prensa de Aragón. Aparte de que pienso que, en el fondo, no sirve para mucho, todo se precipitó en enero, durante la fiesta anual de la APA (sus siglas) con motivo del patrón de los periodistas. Coincidiendo con este evento, se acostumbra a organizar en las semanas previas un premio de periodismo en el que los medios pueden presentar los que a su juicio han sido los mejores reportajes y despliegues del año anterior. Recientemente acababa de traspasarme al Diario As, pero a lo largo de buena parte del 2007 estuve trabajando en una serie de reportajes semanales bajo el título de Chequeo al Deporte Aragonés en el Diario Equipo, mi antiguo empleo. Javier Lafuente, su director, presentó al concurso todo ese material que hicimos entre una compañera, más que compañera gran amiga, y yo.
Sinceramente, en ocasiones soñé con resultar ganador, pero en el fondo sabía que resultaba un imposible. Deportes, ¿quién le va a dar un premio con tanta tradición en la ciudad a una cosa de deportes? Efectivamente, un par de semanas después mis sospechas fueron ciertas y no ganamos. Le dieron el premio a la cobertura del crimen del alcalde de Fago realizada por tres personas del Heraldo de Aragón. Nunca lo he comentado con nadie, pero me parece una soberana mamarrachada. Me lo parece así porque en el fondo no se trataba mas que de reportajes y entrevistas que contaban cosas que sucedían en un sitio de escasos habitantes. Es decir, se trata de ir allí, preguntar a los dos o tres que veas por la calle y montarte una historia con eso. No tiene más, porque no hay más. Ha pasado esto y sólo debemos hablar de esto (lo que no quiere decir que desmerezca la calidad de la gente involucrada en ello, simplemente en lo rutinario y habitual de la tarea en sí). Y encima les dan un premio.
De todas formas, sucedió algo que no esperaba ni por asomo: el jurado decidió darnos una mención especial por la riqueza, la gran calidad y la corrección de nuestro trabajo. Algo que jamás en la historia del concurso había sucedido. Al menos ya tenía un motivo de orgullo con el que acudir con la cabeza bien alta a la entrega de premios en la ya mencionada fiesta. Al final resultó que de la mención especial no hubo ni mención. Bueno sí, ante las quejas del director del Diario Equipo el presentador pronunció al final una coletilla que podía haberse ahorrado: "Ah perdón, se nos olvidaba agradecer al Diario Equipo su apoyo al deporte... base". Genial, lo clavó el figura.
El periodismo resulta muchas veces un oficio ingrato. Los protagonistas sólo se acuerdan de ti, nunca bien, cuando cuentas cosas que no les interesa hacer públicas o cuando les sacas algo mal; la gran mayoría de los lectores siempre te ven como alguien interesado, generalmente vago y habitualmente mentiroso, que poco menos debería estar picando en una mina para saber lo que es de verdad trabajar. En resumen, las alegrías son prácticamente nulas, con lo que para una vez en la que podía saciar el escaso ego que tengo, todo salió al revés.
La resolución del asunto fue clara. Al día siguiente llamé para darme de baja y pedirles encarecidamente que se olvidaran de mí de cara a un futuro indefinido. Acto seguido, le escribí al presidente de la APA un ensayo de seis páginas que hablaba del olvido. Un día después recibí un correo con una disculpa demasiado ligera adornada con bastantes matizaciones en las que se me instaba a ser más considerado con la gente que preparó el evento y en la que se explicaban una suerte de excusas vagas que justificaban el error. Para ellos; para mí no.
Un mes y medió después de todo aquello me siguieron pasando la cuota correspondiente al primer trimestre del año como si nada. Devolví el recibo y eché mano de nuevo del correo: No vuelvan a pasarmelo, no tengo ni la más mínima intención de pagarlo.
Tres meses después me entero, tras el aviso de un tercero, de la edición del libro. Me alegro y me siento contrariado. Ahora tendré que apañármelas como sea para conseguir un ejemplar sin tener que acudir a la dichosa Asociación. Eso no, ni pensarlo...

Por cierto, si desean leer lo que de verdad importa de toda esta historia, les dejo un link con el enlace al relato AQUÍ.

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