jueves, 29 de mayo de 2008

Cinco, una cuenta pendiente

Hace tiempo le prometí a una persona que algún día escribiría por qué el número 5 resulta maravilloso. Allá va:



Lo creo desde hace tiempo, mucho. Cinco es el número perfecto. Valga que la simple declaración anterior tiene cinco palabras, ni una más ni una menos. Pero este número va más allá. Cinco es la cifra y el valor perfecto, en primer lugar es el único que cumple con una verdad que a mi juicio me parece mayúscula y suprema: 5, el único número cuyas letras equivalen al valor que representa. C I N C O. Más allá de eso cualquier explicación que se intente dar no tendrá el peso de este argumento fundamental. Para mi existe una más: nací un día 5, por tanto es mi número favorito. No hay más que hablar.

Aunque puestos a enumerar y narrar bondades del cinco, podemos echar mano de la importancia del cinco en la vida de toda persona. Cinco son los sentidos del ser humano, los dedos de cada mano, y los de cada pie. Manos y pies forman parte además de las cinco extremidades que tienen todo hombre y mujer junto a cabeza, brazos y piernas. Cinco son los continentes por los que se distribuye la humanidad y cinco, según cuentan, los días que Dios tardó en darles forma en un planeta llamado Tierra. Cinco fueron los elementa sobre los que el cristianismo medieval basó el mundo (quintaesencia, aire, fuego, agua, tierra).

Echando mano de temas más triviales, el cinco también gana por goleada. Cinco sets son los que se necesitan cuando un partido de tenis perteneciente a un Grand Slam no encuentra ganador; 'Los Cinco', la serie de libros juvenil más famosa de la escritoria Enid Blyton; cinco eran los Magníficos que hicieron grande al Real Zaragoza con su fútbol exquisito; cinco fueron las películas que formaron la saga Rocky; cinco, representado en una V, era un número básico para los romanos; cinco eran The Jackson Five y cinco años tenía Michael cuando su familia descubrió su talento y reemplazó a su hermano Jermaine como vocalista del grupo; 5 representa mejor que nadie el aprobado, la satisfacción y resultaría impensable y casi hasta imposible cualquier sistema monetario sin una moneda de cinco. Por último, también el cinco se presenta como cifra imprescindible para todo comerciante: un cinco es la cifra ideal para camuflar los precios desde el segundo decimal en cualquier negocio.

Sé que me dejo cosas en el tintero. Y que en el fondo todo esto es una tontería. Pero piénsenlo, con pocos números podrán hacer cosas así. Si acaso el siete, pero dudo que alcancen los logros aquí mencionados y los que olvidé mientras escribía estas líneas.

1 comentario:

María Ángeles Pérez Bescós dijo...

Más vale tarde que nunca! jeje. Lo tenía en el olvido. Pero me ha gustado, me ha gustado. Aunque es cierto que se podrían decir mil cosas. Empezando por aquel vulgar refrán, las 5W de la profesión que elegiste...

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