lunes, 13 de febrero de 2012

Lin-Sanity


Jeremy Lin, aplastando a los Lakers. (Dave Saffran/MSG Photos)


Por Fernando Muñoz
Cada cierto tiempo en el deporte se presentan historias que parecen sacadas de una superproducción al más puro estilo americano. El equipo humilde que se codea con los mejores, el entrenador que cambia totalmente el rumbo de un equipo a la deriva, o el jugador secundario que se convierte en una estrella. 

Este último caso es el que estamos viviendo estos días con Jeremy Lin. Y digo últimos días porque ha sido ese tiempo, apenas 8 días, 4 partidos, lo que le ha costado a un completo desconocido ser el protagonista de todas las portadas, foros, trending topic mundial en Twitter e ídolo de una ciudad muy necesitada de ídolos deportivos ultimamente. Decir que Lin era un jugador secundario, seria ser muy benévolo con su carrera, solo hace falta echar un vistazo a sus estadísticas partido a partido de este año.

Sin ser muy alto, ni muy rápido, ni muy fuerte, el joven americano de origen taiwanes no tenía grandes perspectivas para el draft, pese a haber hecho una carrera universitaria más que decente, aunque en una universidad de poca tradición baloncestística (Harvard). Y tenía razón, ya que ni siquiera fue drafteado, lo que significa que ningún equipo de la NBA pensó que estuviese entre los 60 mejores jugadores de su promoción. De todas maneras, consiguió llegar a la NBA mediante un contrato temporal de agente libre, tras unas buenas actuaciones en las ligas de verano con Dallas Mavericks. Finalmente, entre todas las ofertas que tuvo, eligió quedarse en casa y firmar por los Warriors. En su primer año no rasco bola, no tuvo absolutamente ninguna oportunidad salvo minutos de la basura en partidos decididos antes de tiempo. Visto lo visto, con los dos jugadores franquicia de los de San Francisco (Stephen Curry y Monta Ellis) ocupando las posiciones en las que Lin podría desenvolverse, estos decidieron prescindir de sus servicios.

Quizá pueda parecer sorprendente para el gran público como el talento puede pasar desapercibido para una cantidad tan grande de profesionales del baloncesto, pero en la NBA siempre ha habido y habrá casos como este. Solo hace falta recordar que jugadores que han llegado a ser All-Stars, como Brad Miller, Gilbert Arenas, Michael Redd, Carlos Boozer o Ben Wallace, tampoco fueron elegidos en el draft, o fueron elegidos en la segunda ronda como meros "complementos". El mismo José Manuel Calderón tampoco fue elegido por ningún equipo, y ahora gana unos 9 millones de dólares al año, siendo uno de los directores de juego más valorados en la liga.

Muchas veces, para triunfar, más que cualidades, lo que hace falta es un poco de suerte, un cumulo de coincidencias que fuercen una situación poco probable de otra manera. Y todo eso se cumplió el 4 de Febrero. Con Carmelo Anthony y Amare Stoudemire muy erráticos durante toda la temporada, los Knicks arrastran un paupérrimo balance que les tiene fuera de puestos de playoffs. Baron Davis no está aún en condiciones de dirigir al equipo, y el buen inicio del rookie Iman Shumpert en el puesto de 1 se va disipando, al igual que Landry Fields, que no acaba de ser el mismo del año pasado. El partido contra los Nets, vecinos y rivales tradicionales, se complica tras un primer cuarto horrible. En ese momento, con un Mike D´Antoni totalmente desesperado al no poder hacer reaccionar equipo, aparece Lin, hasta ese momento con 9 puntos como mejor marca anotadora de la temporada (y 13 en su corta carrera), y se va hasta los 25 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias, ganando el partido en un final ajustado y dejando a todos con la boca abierta.

Ahí no queda la cosa. Dos días después, Amare Stoudamire tiene que dejar el equipo por el repentino fallecimiento de su hermano en un accidente de tráfico. Los Jazz visitan el Madison en un partido más que comprometido para los locales. D´Antoni decide dejar a Shumpert en el banquillo y salir con Lin desde el inicio. A los 5 minutos, Carmelo Anthony se lesiona y tiene que dejar el partido. El primer día que juegas 40 minutos de titular ante tu público, con los dos líderes del equipo fuera del partido, la imperiosa necesidad de victoria ante un equipo superior al tuyo...... ¿Sientes la presión? 28 puntos, 2 rebotes, 8 asistencias y otra victoria. Ese día el Madison se puso en pie para corear el nombre de su nuevo ídolo. Desde aquel día, por si aún quedaban escépticos, ha jugado otros 3 partidos, que se han saldado con otras 3 victorias, sin Anthony ni Stoudamire, alcanzando siempre los 20 puntos, incluidos los 38 que le endoso a los Lakers.

En su quinto partido, el 11 de Febrero (recuerden, tan sólo 7 días después de su "debut") se midió con Ricky Rubio, que le freno bastante bien en defensa (pese a todo, anoto 20 puntos). Sin hacer un gran partido, con dos tiros libres en los instantes finales consiguió que los Knicks ganasen un partido que hasta hace poco hubiesen perdido seguro. Y es que sus compañeros ya creen en él ciegamente, todos han mejorado y todos contribuyen. Transformación total.


Solo falta por ver cómo digerirá el éxito, si su resistencia física le permitirá seguir a buen nivel y cómo se acopla al equipo cuando Stoudamire, y en mayor medida Anthony, regresen a la pista. Duro trabajo el que tiene por delante el alero All Star, que se fue lesionado de los Knicks de Carmelo Anthony y puede que cuando vuelva tenga que ajustarse a los Knicks de Jeremy Lin. La ciudad está a sus pies, por fin ha llegado a la elite, pero ahora tiene que hacer lo más difícil, mantenerse en lo más alto de un equipo que devora jugadores, entrenadores y managers a un ritmo vertiginoso. Quizá estemos siendo testigos del nacimiento de una estrella totalmente inesperada.... como rezaba una pancarta del Madison el otro día... Lin-possible is nothing!!!

Próxima parada, martes 14 en Toronto, donde se las verá con Calderón en busca de su sexta victoria en 6 partidos. Las camisetas de Jeremy Lin están agotadas..... Nueva York sufre LIN-SANITY!!!






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1 comentario:

Anónimo dijo...

gran articulo si señor, estoy de acuerdo contigo en que a veces se tienen que suceder una serie de casualidades para que alguien o algo triunfe en un momento concreto, habra que seguir al bueno de Jeremy Lin

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