 |
| Las primeras carreras. Foto: Alfonso Hernández (@alfonhernandez) |
El fin de las vacaciones del Real Zaragoza devuelve al equipo a la realidad de varias rutinas ya habituales cercano el mediado de julio. A saber, la escasez de refuerzos (por ahora apenas dos); el turbulento e incierto futuro de un notable número de jugadores (enumerar a todos convertiría esta introducción en algo demasiado largo); la llegada del enésimo hombre de paja (encarnado esta vez en el inquietante García Pitarch); y, quizá lo más destacable, la ausencia de auténticas novedades.
El equipo se fue a Segunda División hace poco más de un mes y al final ese drama ha sido asumido con aparente naturalidad por ausencia de oponente. En el Zaragoza no pasa nada. Y lo que es peor, uno no sabe a quién dirigir una amarga queja. Su propietario, sin duda alguna pariente cercano del hombre invisible, no ofrece explicaciones ante acontecimiento de tamaña magnitud, detalle que probablemente eleve el grado de importancia del resto de las cosas a algo inferior a cero. En realidad nadie en el club ha dado explicaciones. Si ahora mismo nos dijeran que la cúpula directiva al completo se largó a vivir a Wichita (Kansas) el mismo 1 de junio de madrugada no nos llevaríamos demasiada sorpresa. Quizá en esa huída, Fernando Molinos quedó descolgado y le encargaron que se encargara de todo (presentación de Paco Herrera incluida) en prenda por ser el único que reveló que se iba. A condición de ser libre cuando todos regresen, eso sí.
Las novedades
La llegada del nuevo técnico supone en realidad el único hecho diferencial. Agapito Iglesias adquirió hace ya varios veranos la costumbre de prolongar la estancia de aquel que ejerciera el milagro de salvar al equipo la temporada anterior. Ya saben, Javier Aguirre, José Aurelio Gay, Manolo Jiménez... Pese al cambio de comportamiento, la llegada de Herrera simplemente supone un movimiento obligado. Y pese a la obligación el proceso de cambio tuvo su miga, como si ese mecanismo natural se hubiera oxidado por falta de uso. La plantilla también se cuece a fuego lento. Y de primeras con ingredientes añejos. Agapito cree saber cómo resolver problemas; si le achacas una plantilla joven te planta delante a dos Reservas del 79. Dile algo ahora...
Barkero y David Cortés son por ahora las dos únicas caras nuevas. Dos fichajes nada descabellados y que llegan con la lección de la categoría aprendida. Ambos conocen la Segunda División y quizá ese sea su mejor aval. Dos jugadores técnicos y que puede aportar detalles importantes al equipo. A priori dos buenos fichajes o al menos dos fichajes inteligentes, capaces de sacarte de un apuro en el largo caminar que será esta temporada. Los 34 años que señala el DNI de ambos (Cortés los cumple a finales de agosto) supone el punto de debate. Experiencia no les falta, pero sus piernas igual protestan más que otras en una temporada de 42 partidos (play-off aparte). Barkero jugó a temporada pasada 28 partidos en Primera, en los que hizo cinco goles. Cortés disputóó 19 partidos con el Hércules en Segunda, cifra notable si se tiene en consideración que fue inscrito en enero.
El vencido
Este Zaragoza aburrido y rutinario por aplastamiento también se ha llevado por delante a José Antonio Visús. Queda la duda de saber si realmente ha sido la capacidad de absorción del club o las zancadillas propias (a todas luces impropias) del Don Quijote del zaragocismo lo que verdaderamente ha provocado su caída. El proyecto de compra del club a través del crowdfunding llegó con aires de grandeza y numerosos errores de base. A Visús se le llenó la boca desde su primera aparición pública (queriendo 'fusilar' a Paco Herrera y asegurando que los 2 millones se conseguían con la gorra) y acabó con el proyecto derribado sobre sus espaldas días antes del plazo previsto. Por si acaso, la mera aparición del nombre de García Pitarch le borró del escenario principal definitivamente. Al final, ni siquiera sacó de la cuestación para el presupuesto de un Segunda B. Tampoco le alcanza para un chalet en primera línea en Torremolinos, que tal y cómo está el Zaragoza marcharse no es mala idea...
Si te ha gustado esta entrada, ¡compártela!
No hay comentarios:
Publicar un comentario