lunes, 16 de enero de 2012

Tócala otra vez, Eli

Eli Manning celebra el primer touchdown ante Green Bay. (Todd Rosenberg/NFL)

El sábado 29 de diciembre de 2007 hacía mucho frío en Nueva York. En cierta medida, me alegré de no haber comprado entradas para el partido entre los New England Patriots y los New York Giants aprovechando mi estancia en suelo americano, pero una vez vistas varias fases del partido por televisión y tras leer los resúmenes de la prensa al día siguiente, fui consciente de mi tremenda equivocación. Los Patriots de Brady conquistaron el Giants Stadium aquella tarde-noche (38-35). Era el último partido de la liga regular y New England confirmó su temporada perfecta con aquella victoria: 16-0. La situación de los Giants no quedó tan favorable. Estaban obligados a ganar para afrontar un playoff más asequible y la derrota les convirtió en el quinto equipo de la conferencia nacional (pasan seis por conferencia), lo cual aseguraba unas eliminatorias con muchas curvas.


Este año, cada partido que pasa, la resolución de aquella historia me recuerda mucho a la que los Giants están escribiendo ahora. El equipo liderado por Eli Manning comenzó la presente temporada con fuerza, llegando a alcanzar un cómodo registro de 5-2 (victorias-derrotas) que parecía proyectarles hacia el playoff sin duda alguna, pero un bajón inexplicable a mitad de curso les obligó a jugársela en los dos últimos partidos. Dos partidos a cara de perro ante los New York Jets y Dallas Cowboys, ambos enemigos íntimos. Sorprendentemente, los Giants crecieron en aquellos dos partidos. No ganaron, aplastaron a sus rivales (14-29 a los Jets y 31-14 frente a los Cowboys) para hacerse un hueco en la post-temporada y, de paso, ganarse una vez más el respeto de todos sus rivales, que desde entonces les vieron como uno de los equipos más en forma y, por qué no, candidatos al título.

El paso de las eliminatorias ha demostrado que los New York Giants son un equipo de épica, capaz de ofrecer el 300 por ciento cuando no se espera demasiado de ellos. En el playoff de aquella temporada de 2007 (que se jugó en 2008, porque las eliminatorias siempre son en enero), Manning fue obligando a los suyos a dar pasitos al frente hasta que de pronto se encontraron en la Superbowl. Dejaron por el camino a Tampa Bay (14-24) en el wild card, a Dallas (17-21) en el partido divisional y a Green Bay (20-23 tras una prórroga) en la final de conferencia. Tenían el camino más complicado y la confianza de nadie que no fueran ellos mismos, pero alcanzaron el partido final, en el que esperaban de nuevo los mismos Patriots que les habían obligado a afrontar aquella complicada senda con su victoria aquel 29 de diciembre tan frío en Nueva York.

El reto de este año no ha sido menos complicado. En el wild card no tuvieron problemas para dejar a un lado a Atlanta (24-2), pero la prueba del divisional playoff resultaba mayúscula: Green Bay Packers. El equipo bonito de esta temporada, ese que liderado por el quarterback Aaron Rodgers, impulsado en ataque por Greg Jennings o el sorprendente Jordy Nelson y sostenido en defensa por un animal como Clay Mathews había firmado la temporada casi perfecta: 15-1. Fue justo en ese instante donde Eli Manning volvió a hacer magia, apoyado en una defensa sobrenatural de sus compañeros y ayudado por la tremenda caraja de todos los Packers, que debieron creerse ganadores dos semanas atrás… Los Giants, de los que ya nadie duda, destrozaron en Lambeau Field a Green Bay por 20-37. Esos 17 puntos de diferencia demuestran que el equipo que ordena Tom Coughlin no va de farol, que tiene ganas de repetir la gesta de la temporada 2007.

Para alcanzar la Superbowl, el partido final, tendrán que deshacerse de los San Francisco 49ers, para mí el equipo revelación de esta campaña. De lograrlo, tiene grandes posibilidades de encontrarse de nuevo en la gran final con los New England Patriots, que por otro lado del cuadro deben superar el envite con los Baltimore Ravens. Si Patriots y Giants pasan, se repetirá la Superbowl XLII, esa que empezó a gestarse un frio 29 de diciembre en Nueva York. Entonces nadie daba un duro por los hombres de Manning. El quarterback Tom Brady había convertido a los Patriots en una apisonadora camino de la temporada perfecta. Sólo les quedaba aquella Superbowl para cerrar la temporada con un pleno de victorias, pero no contaban con que aquella noche sería la fiesta de Eli. Nadie les concedía opciones, todos creían que iban a ser derrotados por el equipo perfecto, pero no fue así. Los Giants tiraron de casta, orgullo y precisión para llevarse una de las Superbowls más intensas y emocionantes que recuerdo. Un drive (serie de jugadas en las que un equipo tiene la posesión hasta que anota o la pierde) final de Eli Manning de más de 40 yardas en el último instante que puso el broche de oro a un partido delicioso y a una derrota inesperada para los Patriots. Dejo aquí el resumen de aquel ataque final para la historia, merece la pena verlo:


Con ese partido en el recuerdo, la prensa americana ya especula con una nueva Superbowl entre ambos equipos. La venganza de los Patriots o la confirmación de los Giants. Yo, gran fan de los Giants desde aquel playoff de 2007, sólo puedo decir una cosa: Tócala otra vez, Eli.

EDITO (23-01-2012): Habemus Patriots-Giants Superbowl. 5 de febrero, Lucas Oil Stadium (Indianapolis).

EDITO DE NUEVO (06-02-2012): Como deseaba, los Giants ganaron ayer por la noche su cuarta Superbowl al derrotar a los Patriots por 21-17.


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2 comentarios:

José Luis López dijo...

Gran post again.

Estoy de acuerdo contigo de que la historia parece repetirse. New England está muy fuerte y parece imparable y los Giants cada vez son más equipo. Pero los dos tendrán complicado alcanzar la superbowl, Ravens es quizás el equipo que puede parar a NE y 49ers son el otro equipo en alza. Yo estoy impaciente por ver el 49ers (adoro este deporte por un tal Joe Montana) y los Giants (mi equipo favorito).

Unknown dijo...

La verdad es que tengo ganas de ver el Giants-49ers. A unos porque en las últimas semanas los veo lanzados y con maneras de campeones, y a los segundos porque han hecho una gran temporada jugando muy serio. A ver qué sucede...

Un abrazo José Luis!

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