jueves, 26 de enero de 2012

Víctor Cruz, la salsa de la Superbowl

Cruz celebra un touchdown ante Dallas Cowboys

El draft de la NFL de 2010 dejó una situación que un año y medio después se ha demostrado como una enorme torpeza. El wide receiver Víctor Cruz vio pasar las rondas de elecciones sin que ningún equipo le escogiera. En su etapa escolar y universitaria no había destacado de una manera sublime, pero sus números andaban algo más allá que la mera discreción. Cruz finalizó su etapa en la Universidad de Massachusetts con 131 recepciones lo que le convirtió en el cuarto jugador en el ranking histórico de recepciones de esa Universidad. Un detalle significativo si se tiene en cuenta que no fue hasta su año júnior cuando comenzó a ser titular.

Con aquel honor y alrededor de 2.000 yardas recibidas y 11 touchdowns de su época universitaria, Víctor Cruz se presentó en el draft con la esperanza de que algún equipo lo tuviera entre sus planes. Consumidas las siete rondas de 32 turnos de elección, su futuro se antojaba complicado. Nadie le seleccionó. Algunas semanas después tuvo motivos para sentirse esperanzando. Los New York Giants le ficharon como agente libre, aunque era incierto que fuera tener opciones de quedarse en la plantilla definitiva (antes de comenzar la temporada se elige a los 53 jugadores definitivos de entre un grupo algo más amplio).

Cruz comenzó asombrando. En un amistoso ante los New York Jets, que no son un rival cualquiera para los Giants y su afición, fue el líder en la victoria por 31-16 tras cazar al vuelo 6 pases. En total, 145 yardas y 3 touchdowns. Sus actuaciones en el resto de partidos de aquel verano de preparación fueron más discretas, pero en el global final contabilizó 297 yardas recibidas, lo que le convirtió en el mejor wide receiver de la pretemporada. Su proyección parecía enorme y sus oportunidades de jugar también, pero después de tres partidos en el inicio del campeonato con escasas apariciones, sufrió una lesión en el tendón de la corva. Los Giants lo colocaron en el ‘Injury Reserve’ tras aquello y allí acabó su temporada sin apenas haber empezado.

Tras aquel suceso, la temporada 2011 resultaba un enigma a su alrededor. Comenzó el curso con el rol de cuarto WR tras la salida de Steve Smith, lo cual le alejaba de algo parecido a un papel protagonista. Sin embargo, esta vez la suerte cayó de su lado. Lo que le apartó de la escena en su primer año como profesional, le hizo dar el salto en su segunda campaña. Las lesiones de Mario Manningham y Domenik Hixon le convirtieron en habitual y, ante semejante empresa, Cruz no perdió el tiempo. Poco a poco comenzó a atrapar balones hasta convertirse en pieza indispensable de los NY Giants. La temporada regular lo ha consagrado como uno de esos diamantes que el draft 2010 dejó escapar, un grupo de jugadores compuesto por talentos como LeGarrette Blount (Tennesse Titans) o Danario Alexander (St. Louis Rams) liderados sin duda por el Gigante Cruz. Hasta tal punto ha llegado su crecimiento este año, que ha finalizado la temporada regular (excluyendo playoffs) estableciendo un nuevo récord entre los receptores de los Giants: Nunca antes uno recogió 1.536 yardas de pase. Distancia que fue recorriendo a lo largo de 82 recepciones que llegó a convertir en 9 touchdowns.

El primero de esos 9 lo convirtió el 25 de septiembre. Y como buen puertorriqueño, lo festejó bailando salsa en la end zone. En realidad, el bailecito no era más que una dedicatoria para su abuela, Lucy Molina. "Soy medio puertorriqueño y mi abuela fue quien me enseñó los pasos, lo hago para ponerla contenta. Salió de la nada", declaró a Televisa Deportes entonces. En un deporte de masas como la NFL, el gesto no pasó desapercibido y se ha convertido en una obligación tras cada anotación. La fiebre por su baile es incontrolable. El New York Daily News contrató a un profesor de baile para que describiera la técnica de Cruz en sus páginas e incluso el jugador llegó a recibir una propuesta en firme para participar en ‘Dancing withe ths stars’ que el jugador, algo abrumado, rechazó.

Víctor Cruz, en plena danza de celebración (Getty Images)

A Víctor Cruz aún le queda una espina que sacarse. Ha sido uno de los grandes culpables en el hecho de que los New York Giants hayan alcanzado la Superbowl, el partido final, para sorpresa de muchos. Ha firmado actuaciones decisivas, apoteósicas, pero en los tres partidos de playoff que los Giants han tenido que superar antes del ‘Supertazón’ (como lo traducen en Sudamérica) no ha logrado ningún touchdown. No lo logró ante Atlanta, ni Green Bay ni tampoco ante San Francisco. Ahora esperan los Patriots, el más difícil todavía. Un buen día para volver a bailar un poco de salsa en la End Zone y poner así el mejor final a un año mágico.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande el medio puertorriqueño!!!

Fdo: euforias-clan

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