Panóramica de la protesta que tomé antes de unirme a ella. |
Hartos de aguantar a un equipo que no juega, a un presidente
que es de todo menos un presidente y a un club que agoniza lentamente, una
parte de la afición del Real Zaragoza se plantó ayer ante el estadio para
sacarse de dentro la ira acumulada en los últimos seis años. La grada está
herida y, aunque suene a metáfora exagerada, prácticamente se está quedando sin
equipo por los vaivenes y el comportamiento bipolar de Agapito Iglesias. Creo
sinceramente que Agapito Iglesias no llegó con malas intenciones al Real
Zaragoza. Así se lo he explicado a mucha gente a lo largo de estos años y así
lo creeré siempre. Dicho lo cual, cuando el equipo se le fue a Segunda y
descubrió otros asuntos que poco tienen que ver con el fútbol y la gestión de
un club, se le fue todo de las manos.
La grada ya se cansó de sus fechorías hace tiempo y el
sábado, en una acción sin precedentes y llena de emotividad, miles de personas
(las cifras bailan según las fuentes) exigieron al soriano que se vaya, que
deje de molestar. Para que se hagan una idea, lo recogí en este vídeo
(excelente esa pancarta de ‘Agapito el que lo lea’, por cierto):
El asunto es complejo. Agapito está hundiendo el club,
descapitalizándolo y provocando bochornosos espectáculos que han desgastado por
completo la imagen nacional e internacional del club. Pero el club es suyo. Lo
compró en su día y no se encuentra obligado a venderlo. Al menos mirando el
asunto desde cualquier prisma que no sea el moral, porque sí que resulta una
inmoralidad que no venda y se vaya para siempre. ¿Cómo se resuelve entonces la
situación? Supuestamente Salvador Arenere ‘el breve’ y los nuevos consejeros
entraron con la misión de conseguir hacer “apetecible” la compra del club, pero
duraron diez días, lo que no sabemos si significa que Agapito no piensa vender
o todo lo contrario.
En los últimos días he oído todo tipo de teorías y
sugerencias. Una corriente, muy extendida, dice que el soriano debe poner precio
a sus acciones y que debe ser la afición quien tenga prioridad en el proceso de
compra, en una suerte de colecta popular. La propuesta tiene gran sentido, pero
le veo el problema de conseguir los contribuyentes necesarios. Todos sabemos
que a la hora de proponer nunca suelen surgir los problemas, pero otra cosa
será cuando toque poner la tela y uno, dos, tres… se rajen portando un variado
abanico de excusas. Quizá luego esto que imagino no sucedería, pero me da a mí
que sí…
Además que yo soy más de otra corriente. Si Agapito no está
dispuesto a vender, no quiere irse, hay que conseguir que le entren ganas de
irse. La concentración del sábado en La Romareda supone un excelente punto de
partida, pero dudo mucho que el soriano vaya a irse por eso. En Sevilla tenían
el mismo problema con Manuel Ruiz de Lopera y lo resolvieron con una
manifestación por las calles de la ciudad a la que acudieron más de 60.000
personas entre aficionados, ex jugadores, políticos, personalidades y
periodistas (pueden verla en este vídeo). Eso ya aumentaría mucho la presión. Hasta que ese momento llegue,
que sé que llegará, hay quien propone pequeñas medidas diarias de presión como
formar grupos de quinientas o mil personas para que saluden al soriano cuando
llegue a trabajar a su empresa cada mañana o le hagan compañía cuando salga a
echarse un Marlboro a la calle. Y así todos los días.
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