miércoles, 20 de junio de 2012

Adiós a la ciudad superviviente


Ayer cambiamos Gdansk por Cracovia, que también tiene un  casco histórico muy bonito, pero que no es lo mismo que Gdansk. Quizá sea porque hemos pasado allí nueve días de muy grato recuerdo o porque es una ciudad con una historia de ésas que te ganan, en cierta medida echamos un poco de menos a la ciudad superviviente.

¿Por qué superviviente? El polaco es un pueblo que a lo largo de la historia ha tenido que superar numerosas dificultades y Gdansk no es ajena a esa circunstancia. Actualmente, cuando uno se sitúa en la puerta dorada y mira hacia la calle Dluga ve la siguiente escena:


Medio siglo atrás, hubo un tiempo en que esa visión era esta que sigue:


Gdansk (o Danzig) tuvo un cierto protagonismo en la Segunda Guerra Mundial. Cerca de allí, se produjo la chispa que permitió arder a la guerra con el incidente de Westerplatte. Como tantas otras ciudades no pudo evitar la ocupación alemana y, mientras las tropas germanas dejaban la ciudad, el ejército soviético organizó una lluvia de bombas que durante tres días asolaron la ciudad:


Como tantas otras localidades de Polonia, Gdansk gastó las pocas fuerzas que le restaban en levantarse y curar sus heridas. Les costó, pero puedo asegurarles que lo han conseguido. Sólo hay una que todavía no ha cicatrizado, como confirmaron los duros enfrentamientos contra aficionados rusos en Varsovia. Polonia no olvida los duros años de represión y mandato del comunismo. Tampoco quiere a los rusos, lo que provoca un estado de tensión constante. Supongo que todos recordarán aquel presidente polaco, Lech Kaczynski, que perdió la vida en accidente de avión. Kaczynski marchaba a Rusia en viaje oficial cuando su avión se estrelló en la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto ruso de Smolensk en abril de 2010. Los polacos de inmediato pensaron en un atentado, aunque la versión oficiosa hablaba de un accidente. Los pilotos de aquel vuelo tenían una larga experiencia, las condiciones climatológicas no eran muy malas, no hubo señales que notificaran problemas técnicos… Rusía nunca devolvió a Polonia los restos del avión para poder investigar el incidente, lo que deja un escenario de sospecha digamos que bastante razonable.

Nosotros hemos pasado grandes días allí. Jola, compañera de Jarek, nos descubrió los secretos de Gdansk una tarde. La histórica grúa que es orgullo de los habitantes de esta ciudad, la impresionante calle Mariacka y sus coquetas terrazas y tiendas de ambar, la estatua de Neptuno, símbolo de la ciudad… Jarek y Jola ya nos empezaron a descubrir Gdansk tiempo antes de una manera más práctica. A través de este blog, encontramos decenas de consejos e indicaciones que agradecimos muy mucho y que nos vinieron de perlas para planificar el viaje.
Foto de recuerdo con Jola tras el paseo.

Allí fue donde encontramos la línea de bajo coste polaca (OLT Express) que ayer nos trajo hasta Cracovia a un precio más que razonable. Nos recibió con un calor extremo y nos dejó la sensación de que más allá del centro de la ciudad, Cracovia no es una ciudad en nada comparable a Gdansk.

En una hora y media partimos a visitar el campo de concentración de Auschwitz y ya el jueves nos vamos a Ucrania en un doble viaje en tren de 21 y 6 horas cada uno (contamos con otras 6 de descanso entre ambos afortunadamente), para ver el sábado el España-Francia en Donetsk de cuartos de final. Pero ésas serán historias que les cuente más adelante.

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