Les seré sinceros, pese a la ilusión por este gran viaje siempre mantuve la creencia de que España no alcanzaría la final de la Euro 2012. Pese a ello, he pronunciado varias frases que han terminado siendo acertadas. El pasado martes, cuando se supo que España jugaría en cuartos con Francia y en semifinales ante el ganador del República Checa-Portugal, fui claro con mis compañeros de aventuras: "Haceros a la idea de que nos quedamos hasta el domingo que viene". Ayer, en el descanso, volví a acertar: "Nos vamos a comer unos penaltis...".
Por suerte, en mi tercer intuición, que no compartí con nadie, fallé. Siempre pensé que perderíamos los penaltis. Más después de que Xabi Alonso fallara el primero, pero la suerte y el acierto volvieron a estar del lado de España para hacernos gritar como locos de alegría y emoción hasta el punto de que hoy tengo la garganta medianamente tocada. Tuvimos además la suerte de que los penaltis fueron en nuestro lado. Y así lo celebramos después:
Después la noche se hizo larga, y la afición española celebró por todo lo alto la agónica victoria en una conocida discoteca de Donetsk. Aquí una muestra de la euforia de la hinchada, que no paró de animar incluso con la discoteca ya cerrada:
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