Un canto en la tempestad

Antes de nada, disculpen que ayer no escribiera. La noche se nos hizo larga en Sopot el miércoles y entre que nos levantamos tarde ayer y fuimos pronto a comer y al estadio no tuve tiempo material para contarles alguna cosa de esta Eurocopa. Las sensaciones a nuestro regreso por la noche fueron excelentes. España se espantó las dudas ante Irlanda y ha dejado claro que es uno de los aspirantes al título.

En realidad, yo no creo que la selección espantara las dudas. Italia siempre es Italia y por mucho que la gente quiera darles por muertos, ahí les tienen, siempre al pie del cañón. Uno cree que ha llegado un punto en el que todo el mundo espera que España gane 5-0 sea quien sea el rival, y que todo lo que no sea eso representa un fracaso mayúsculo. Tenemos una gran selección, sí; posiblemente la que mejor juega, también; pero no sólo con eso basta. Existen otros factores como el ambiente, el ánimo, la suerte... Debemos contar con eso.

Ayer España jugó bien, quizá tuvo en parte la suerte de cara y supo sobreponerse a un ambiente algo adverso. Más de tres cuartas partes del estadio eran de color verde, para hacer cierta la impresión que nos acompañó durante todo el día al ver a tanto irlandés por las calles de que seríamos clara minoría en el estadio. Tres cuartos de campo contra una curva y poco más de medio fondo. Pero esa superioridad no tuvo peso en el devenir del partido. Es más durante muchos minutos, especialmente en el segundo acto, esa marea que llegó de las islas estuvo completamente en calma mientras la afición española cantábamos a pleno pulmón nuestra enorme victoria.

Fue al final cuando los verdes despertaron. Lo hicieron para recordarme aquel partido de la recién finalizada temporada en que el Barcelona ganó 1-4 en La Romareda. Toda la afición zaragocista gastó los últimos cinco minutos del partido cantando repetidas veces el himno del Real Zaragoza, en un detalle que emocionaba a cualquiera. Ayer sucedió lo mismo. Con el 0-4 en el marcador, los irlandeses despertaron del sueño al verse eliminados para cantar durante los cinco últimos minutos del partido lo que supongo que era algún himno generacional irlandés (si alguien sabe de qué canción se trata, que la explique en los comentarios, por favor) para mostrar que pese a todo se sentían muy orgullosos de su equipo y sus orígenes. Sólo entonces, me cayeron un poco menos gordos que los días anteriores...

EDITO: Gracias a Chus Lorente, aquí pueden encontrar una explicación al himno no oficial "The fields of athenry", que era lo que canataban los irlandeses ayer.