Ya estamos en Kiev. Tras un buen madrugón (en realidad no dormimos nada para evitar que se nos hiciera muy pesado el viaje), el viernes a las seis de la mañana cogimos el tren rápido (de más de seis horas de duración) de Donetsk a Kiev, a donde llegamos a la una de la tarde. La capital de Ucrania ya está preparada y expectante ante el partido final.
Kiev no tiene mucho que ver con Donetsk. Se la ve una ciudad más preparada, más europea. Presume de edificios con una sublime elegancia histórica a la vez que pelea por estar a la vanguardia con diversas construcciones que sorprenden por su estética y modernismo. Su estadio, ubicado en el Complejo Olímpico Nacional de Deportes, también ha lavado su cara para la cita. Fue reconstruido el año pasado y luce tres grandes cartelones en los que anuncia la final de mañana.
La Fan Zone, ubicada en la amplia avenida Khreshchatyk, es la mejor que hemos visitado. Supongo también que será la mejor de la Eurocopa (lo que digo sin conocer cómo es la de Varsosia). Abarca cerca de un kilómetro de largo y resulta muy curioso ver una de las principales avenidas del centro de la ciudad tomada por aficionados y curiosos. Como anécdota o detalle, esta noche actúa allí Elton John y un grupo que versiona a Queen.
Por el momento, no hay muchos españoles. Ayer nos cruzamos con algún grupo, pero supongo que hoy ya veremos muchos más. Todos estamos convencidos de que podemos llevarnos la copa, aunque siempre sabiendo que no será nada fácil. Kiev y sus gentes también esperan la llegada de más aficionados. Esta vez no todos van con España como sucedía en Gdansk y Donetsk, pero sí la gran mayoría. Lo que no cambian son las costumbres, Ayer, en nuestro paseo vespertino por la Fan Zone volvimos a hacernos decenas de fotografías. Les dejó una prueba de la expectación que despertamos los españoles.
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