Los polacos no quieren ser comparsa en esta Eurocopa. Su Eurocopa. Se nota en cada detalle, en cada gesto. Basta con ver el mimo con el que han preparado todo. Desde su impresionante estadio hasta el carácter de cada cual. Como ya les conté en el post de ayer, todos los polacos te sonríen por la calle, te dan todo tipo de facilidades y se esfuerzan por ser las personas más amables del mundo. Una vez que han quedado bien contigo, que te ven satisfecho, se preocupan por hacerte ver que están orgullosos de ser polacos.
Porque un polaco (al menos la mayoría de ellos) está muy orgulloso de ser polaco. Todos lo demuestran cantando bien alto y orgullosos 'Polska, bialo czerwoni'. Resulta imposible no escuchar ese cántico en Gdansk, más en días como hoy, en los que Polonia se juega buena parte de sus opciones de estar en los cuartos de final de su Eurocopa. Ese cántico, asemejable al 'Que viva España' o el 'Yo soy español', es una seña de identidad, un motivo de orgullo con el que engrandecer aún más a su 'Polonia, blanco y rojo'.
Sinceramente me he quedado gratamente sorprendido con la gente de Gdansk. No sé si será el hecho de ser la primera vez que vivo desde un dentro instantes como este o no, pero lo cierto es que la experiencia está resultando excelente. Ya sea de día o de noche, en cualquier espacio se respira tranquilidad y cordialidad. Todo el mundo quiere hacerse amigo de todo el mundo, se intercambian banderas, te piden la camiseta, la bandera, lo que sea. Y siempre con una sonrisa enorme.
PD: A la espera de resolver mi problema logístico con las fotos, la imagen que ilustra esta entrada es de mi amigo Pitinas.
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